El sábado 10 de agosto el grupo de Peregrinos se reunió, como de costumbre, a las 06:00 horas para distribuir las colaciones y salir a caminar en dos rutas.
A eso de las 06:30 horas, comenzamos con una oración, poniendo en manos del Señor el encuentro con los hermanos de la calle.
Ese día se sumaron a la participación tres integrantes nuevos en ayuda y servicio de las personas: Matilda, Andrea y Ricardo.
Nos dirigimos por la calle Guardia Vieja donde nos encontramos con nuestro primer hermano. Se trataba de Don José, una persona de 70 años con quien compartimos un desayuno y conversamos.
Seguimos nuestro camino hasta el Canal San Carlos. Por la avenida Tobalaba conocimos a Pablo, un joven que nos compartió su historia, contando el por qué vive en la calle. Nos dijo que estuvo preso y que no le dan trabajo por sus antecedentes. Tiene familia y no desea volver a vivir con ellos por vergüenza.
Siente que las cosas funcionan mejor estando en ese lugar. Recolecta latas en las noches para vender y tener para comer, son portadores de historias personales por las distintas razones y circunstancias. Con Pablo compartimos un café y dejamos una colación. Estaba muy agradecido y nos llamó la atención su comentario respecto a que quienes están en situación de calle son personas invisibles para la gente.
Seguimos nuestro camino y nos encontramos Gabriel, Jean Franco, Ariel, Chino, Rodrigo, Héctor y Leandro. Extrañamos en esta oportunidad a Fredy, Emerson y Rene.
Las salidas nos ayudan a reflexionar sobre la vida de quienes, a pesar de todo el sufrimiento, se sobreponen a las adversidades. Por ejemplo la historia de Daniel, un chico de situación calle, quien al regalarle una cruz nos dijo que “era muy fuerte llevar la cruz, porque Jesús decidió cargar la cruz por nosotros y que nos dejó la vara muy alta».
Todas las experiencias son muy especiales. Se recibe el agradecimiento de las personas. pesar del frío, del hambre y de los peligros que hay al tener que vivir en la calle, da más fuerza salir y ayudar a los demás.
Al regresar cerramos la Oración agradeciendo las experiencias vividas y compartidas con nuestros hermanos.
Así es nuestro grupo de servicio y solidaridad, con apoyo de la comunidad de nuestro Instituto.
Gracias a todos los que aportan en forma desinteresada y silenciosa y nos permiten peregrinar a al encuentro de nuestros hermanos de la calle, al encuentro de Cristo pobre y abandonado.
Nos vemos este sábado 24 de agosto, desde las 06:00 horas.