Instituto de Humanidades Luis Campino

Desde 1900, formando líderes cristianos católicos

Desde 1900, formando líderes cristianos católicos

RECTORÍA: EXALUMNO RAFAEL SAGREDO BAEZA RECIBE EL PREMIO NACIONAL DE HISTORIA 2022

FUENTE: La Tercera

Los miembros del jurado que este viernes (26 de agosto) premió de modo unánime al académico de la U. Católica y director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, tuvieron a la mano esta dimensión de su trabajo, aunque inscrita en un conjunto. De ahí que hayan valorado su puesta en relieve de la importancia de la ciencia en la configuración cultural y territorial de Chile; su contribución “a la valoración y democratización de los patrimonios del país” y su rol en “establecer vínculos tanto nacionales como internacionales en torno a las áreas más especializadas de la disciplina”. Y muy especialmente, se distingue su aporte a “la difusión del conocimiento histórico”.

Rafael Sagredo nació en Santiago, en 1959. Tras estudiar en el Instituto de Humanidades Luis Campino, ingresó a Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica en la UC (también inició estudios de Derecho que terminaría abandonando), de la cual se tituló en 1984. Su labor docente en colegios e instituciones de educación superior se daría en paralelo a su quehacer investigativo. En 1993, inició su doctorado en El Colegio de México. Su tesis doctoral se centró en las representaciones del poder y en los quiebres de la institucionalidad republicana a partir de los viajes del Presidente José Manuel Balmaceda y de la guerra civil de 1891. Convertida en libro (Vapor al norte, tren al sur. El viaje presidencial como práctica política en Chile. Siglo XIX, 2001), dio cuenta de una aproximación poco ortodoxa a la figura de José Manuel Balmaceda, acá examinada a la luz de factores como el de la investidura presidencial.

Y si su interés por la historia de la ciencia se ha vendido desarrollando desde los 90, otro tanto ha ocurrido con su labor en la institucionalidad cultural: Nombrado en 1996 director del Centro Barros Arana, con asiento en la Biblioteca Nacional, ha contribuido al desarrollo y publicación de gran cantidad de investigaciones históricas, buena parte de las cuales, como le ocurrió a él mismo, han sido la adaptación de tesis doctorales. Igualmente, cabe destacar su participación en la Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile, que rescató, reeditó, digitalizó y subió a la web un centenar de obras de los siglos XIX y XX, en muchos casos citadas por eruditos pero inaccesibles al lector de a pie.

Quien lo visite en la sala Medina de la Biblioteca Nacional lo puede imaginar siendo parte de un mundo lleno de documentos que deparan sorpresas y abren mundos. Tan compenetrado parece estar, que en 2018 publicó J.T. Medina y su biblioteca americana en el siglo XXI. Prácticas de un erudito, una historia cultural sostenida en el trabajo y los usos de un nombre clave de la historiografía chilena del siglo XIX, que es también un tributo al investigador que le da su nombre a la sala donde trabaja.

Cultor de la historia las mentalidades, esa que indaga en las formas impersonales del pensamiento, tuvo ese punto en común con el también premio nacional Sergio Villalobos, de quien fue discípulo. Eso sí, observa un cercano, “lo fue hasta que este último tuvo un giro muy fuerte”. En lo político, no se le conoce militancia, aunque sí una afinidad con el PDC y con el espacio cultural del humanismo cristiano.

Defensor de los métodos y las herramientas propias del oficio, descree Sagredo de la incompatibilidad entre el ejercicio académico y los intereses del gran público. De ahí que, ante fenómenos editoriales como el de Jorge Baradit y sus historias “secretas”, sea de quienes piensan que los métodos de la historia profesional pueden y deben expresarse en obras con vocación ciudadana (como la mencionada Historia mínima de Chile), más allá de las arideces y las exigencias disciplinares.

FOTO: De Marielrubio – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=87015234